El aquafitness es también conocido como “aquagym”, no existe diferencia alguna entre estos términos, ambos provienen de la lengua inglesa e implican combinar la gimnasia con el agua. Este deporte es una variante aeróbica dentro del agua, cada vez son más quienes lo practican debido a que los beneficios que se obtienen son numerosos; su éxito radica en los sectores de personas con edades avanzadas o que han sufrido algún daño de tipo articular, muscular u óseo. La música junto con el agua es uno de los principales elementos que se emplean para llevar a cabo el aquafitness, ésta nos ayuda a relejarnos o activarnos, haciéndonos sentir cómodos a la hora de realizar cualquier tipo de ejercicio.
El agua, por su parte nos convierte en personas más “livianas” debido a la flotabilidad de nuestros cuerpos lo cual nos permite realizar ejercicios que, habitualmente, nos cansarían mucho más fuera de ésta. El aquagym se realiza en piscinas que son de poca profundidad.
Dentro de los beneficios que nos ofrece el aquafitness podemos hacer una división que se rige de acuerdo al entorno que afecta, por ejemplo, dentro del entorno muscular, mejora la fuerza, la resistencia, fortalece los músculos y aumenta el rango de movimiento. Dentro del entorno fisiológico, mejora la condición cardiovascular, la circulación debido a la presión hidrostática y mejora la oxigenación sanguínea; por último tenemos el entorno psicológico, éste también se ve afectado favorablemente ya que mediante el aquagym se favorece la relajación, se reduce el estrés, mejora el bienestar general y los hábitos de sueño. Las clases de aquafitness son recomendables pata todo tipo de personas sin importar sexo o edad.
Los ejercicios de aquafitness son muy variados y cada uno de ellos posee una objetivo particular, pero como hacer mención de todos ellos es imposible los hemos dividido en tres grandes grupos: ejercicios de alto impacto, de bajo impacto y aquellos sin impacto. Los primeros son aquellos en los que se pierde contacto con el suelo y se impacta nuevamente en éste de manera fuerte, un ejemplo son los saltos; los segundos son aquellos en donde el contacto con el suelo es esporádico, pero sin impactar en él, por ejemplo, arrastrar los pies. Por último, los ejercicios que no poseen impacto son los que se realizan manteniendo el cuerpo en flotación dentro del agua.
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